Capitulo 3: Demonios
Todos pensaban que cuando mi hora llegara iria al cielo, ingenuos, no soy como todo el mundo piensa, como todos, tengo un lado oscuro, aunque el mio es el mas oscuro de todos...
Pero voy a empezar por el principio, contandoos mi hobby por asi llamarlo, me gustaba seducir a los pobres hombres demasiado necesitados, los llevaba a un lugar tentador y alli... bueno, no hacia lo que os estais imaginando no, los ataba a la cama, ni siquiera me molestaba en amordazarlos, me daban igual sus gritos, sus suplicas, nadie podria oirlos alli donde estabams, mis armas una cucharilla y unas tijeras, ¿que, que hacia con esto? pues muy sencillo, les sacaba los ojos. Me encantaba oir sus alaridos, me motivaban mas, pero claro, con todo eso no habia acabado mi diviersion, los guardaba en formol y los coleccionaba, los ojos me refiero, a ellos les esperaba un destino mucho mas cruel, aunque mejor me ahorro en como me divertia descuartizandolos.
Jamás me relacionaron con ninguna victima... jamas descubrieron mi lugar de juegos ni mi valiosisima coleccion de ojos humanos.
A la vista de mis amigos y conocidos era un chica de lo mas normal, aplicada en los estudios y eficiente en el trabajo. Y por tanto para ellos lo que me paso fue una tragedia, una tonteria a mi parecer, en una de mis excursiones nocturnas para encontrar victimas un grupo de jovenes me acorralaron y me golpearon por la espalda, despues de eso lo unico que recuerdo es estar desnuda y atada en un arbol, en el bosque. Supongo que imaginais lo que me hicieron, me violaron, no esperaban matarme, pero a uno de ellos se le fue la mano y de un golpe al intentar resistirme...
Soy la mas joven de los de mi raza aqui en el infierno, no por lo joven que mori y acabe alli, sino por que hace tan solo 2 años de mi muerte.
Ya no soy la misma, o tal vez si, mi ojos ahora son negros como el carbon y tengo poderes que antes no habria podido ni imaginar.
Lo que soy, esta claro, un demonio, el poder que se me concedio fue el de conseguir la sumision de la gente, podia manejarlos a mi antojo.
Ahora me dedico a sembrar el caos menejando a aquellos lo suficientemente susceptibles como para convencerlos de hacer el mal y de paso puedo seguir practicando mi hobby, aunque ahora en lugar de ser la protagonista de la historia soy solo una expectadora, soy la que maneja la marioneta.
Los demonios no necesitamos armas, solo con nuestros poderes, que adquirimos segun nuestra forma de ser en vida, podemos sembrar el caos.
Supongo que seguis preguntandoos mi nombre y mi edad. Tan solo 19 tenia, y ya era toda una sadica y una salvaje desde los 15. Mi nombre... de verdad importa, ahora ya que mas da como me llameis. Pero si es lo que deseais, podeis llamarme Skandar.
Pero voy a empezar por el principio, contandoos mi hobby por asi llamarlo, me gustaba seducir a los pobres hombres demasiado necesitados, los llevaba a un lugar tentador y alli... bueno, no hacia lo que os estais imaginando no, los ataba a la cama, ni siquiera me molestaba en amordazarlos, me daban igual sus gritos, sus suplicas, nadie podria oirlos alli donde estabams, mis armas una cucharilla y unas tijeras, ¿que, que hacia con esto? pues muy sencillo, les sacaba los ojos. Me encantaba oir sus alaridos, me motivaban mas, pero claro, con todo eso no habia acabado mi diviersion, los guardaba en formol y los coleccionaba, los ojos me refiero, a ellos les esperaba un destino mucho mas cruel, aunque mejor me ahorro en como me divertia descuartizandolos.
Jamás me relacionaron con ninguna victima... jamas descubrieron mi lugar de juegos ni mi valiosisima coleccion de ojos humanos.
A la vista de mis amigos y conocidos era un chica de lo mas normal, aplicada en los estudios y eficiente en el trabajo. Y por tanto para ellos lo que me paso fue una tragedia, una tonteria a mi parecer, en una de mis excursiones nocturnas para encontrar victimas un grupo de jovenes me acorralaron y me golpearon por la espalda, despues de eso lo unico que recuerdo es estar desnuda y atada en un arbol, en el bosque. Supongo que imaginais lo que me hicieron, me violaron, no esperaban matarme, pero a uno de ellos se le fue la mano y de un golpe al intentar resistirme...
Soy la mas joven de los de mi raza aqui en el infierno, no por lo joven que mori y acabe alli, sino por que hace tan solo 2 años de mi muerte.
Ya no soy la misma, o tal vez si, mi ojos ahora son negros como el carbon y tengo poderes que antes no habria podido ni imaginar.
Lo que soy, esta claro, un demonio, el poder que se me concedio fue el de conseguir la sumision de la gente, podia manejarlos a mi antojo.
Ahora me dedico a sembrar el caos menejando a aquellos lo suficientemente susceptibles como para convencerlos de hacer el mal y de paso puedo seguir practicando mi hobby, aunque ahora en lugar de ser la protagonista de la historia soy solo una expectadora, soy la que maneja la marioneta.
Los demonios no necesitamos armas, solo con nuestros poderes, que adquirimos segun nuestra forma de ser en vida, podemos sembrar el caos.
Supongo que seguis preguntandoos mi nombre y mi edad. Tan solo 19 tenia, y ya era toda una sadica y una salvaje desde los 15. Mi nombre... de verdad importa, ahora ya que mas da como me llameis. Pero si es lo que deseais, podeis llamarme Skandar.
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